Sunday, September 24, 2006

CRONICAS DEL BUEN ROLLO

borracho


Hay un epitafio en el osario
que reza escrito con tiza:
“El más feliz de este barrio,
murió de una paliza .”

Por las calles, vagabundo,
va el borracho con sus penas.
Siente en el bolsillo la cena:
Un bocadillo de pan,
que tiene el sabor inmundo,
de su pie infecto en gangrena;
y nada le importa si llega,
la muerte o el despertar.
Ya poco desea, sin duda,
salvo ser feliz un instante,
ese, que tal vez aguante,
hasta morir de verdad.
.

Cayendo por la ventana,
me dije a mi mismo, yo,
que si no tuviera alas,
el golpe iba ser tremendo,
haría tal gran estruendo,
que se oiría en suelo, ¡plof!.
Menos mal que soy un pájaro,
¿si no de que habría saltado,
sin haber llevado a mi lado,
aspirinas contra el dolor.?
...eeh, fin.


En un pesebre hay tumbado,
entre dos cadáveres secos,
el cuerpo yerto, deshecho,
de un niño de ojos extraños.
Los reyes pasan de largo,
no hay mirra, oro, ni incienso,
tan solo el santo silencio,
y la suciedad de los años.
El crimen ya fue realidad,
cuando el padre justiciero,
cogiendo el azul acero,
se negó a ver la verdad:
Que sin estrellas en el cielo,
y como manto la intemperie,
siempre es posible que quiebre,
una mente sin piedad.


Camina el pato cansino,
no encuentra a sus padres,
se le está haciendo tarde,
y no llega al hogar.
Desconoce su destino,
que está entre los arbustos,
y pronto le vendrá justo,
para ponerse a volar.
El cazador ya le acecha,
con la escopeta cargada,
con la bala templada,
que le va atravesar.
CUAK; CUAK.


Suplicaban los presos cansados,
pedían sin ganas la muerte,
y se odiaban tanto por verse,
atados al cabo de un poste.
Ladraron y vecinos armados,
vinieron con barras de hierro,
mataron a golpes los perros,
que siempre lloraban de noche.
No sé quienes fueron peores:
si aquellos que los destrozaron
hastiados de tanto escucharlos,
o quien los tenía amarrados,
por el cuello al tronco de un roble.

Sunday, September 03, 2006

LA MAR SALÁ

sirenita


DULCE SIRENA
Grandioso momento es,
el despertar temprano,
con legañas en los ojos,
con el hablar estropajoso
y un fino tanga en la mano.
Ir sudando a la ducha,
oír el cantarín tintineo,
del agua fresca corriendo,
y en el interior mi trucha.
Sus caderas contoneantes
y los ojos somnolientos,
con tan solo un contratiempo:
esas escamas tan punzantes.
Lo demás: acojonante.


capitan
CAPITAN SAGAZ
Era la reina del mar,
tenía aletas y todo.
Vivía a costa de amar,
en el costado de un tonto.
Del mar se vino a mi costa,
es decir, pagando yo solo,
todos los vicios y más,
del pescadito de oro.
No la podía follar,
no le encontrábamos coño,
¿y si sólo fuera un disfraz?
No habría nadie más bobo.
En fin, que yo la creí,
a mi sirenita encantada,
y la llevé hacia altamar,
oliendo a pez, pez espada.
Pasó el tiempo y por fin,
le vi las piernas abiertas,
en medio estaba un tal Ruiz,
que trabajaba en cubierta.
La tripulación se me ríe,
me llaman Juan el ingenuo.
Pero no saben que a veces
hay unos peces que crecen,
y se nos cambian de sexo.
Ya estoy viendo al buen Ruiz,
de hecho estoy ya riendo,
al imaginármelo así,
engarzadito al anzuelo.


ascensor
DIVAGANDOWN
Unas mejillas sonrosadas,
justo es reconocerlo,
se merece por defecto,
el maldito o buen momento,
en el que de forma inusitada,
expeliste tú aquel cuesco.
Una belleza, una modelo,
que inspiraba a los extraños
sólo sueños y deseos;
se transforma sin quererlo
en el ascensor, frió y cerrado,
en catárquico elemento.
¡Oh, las diosas tan perfectas!,
¡las que te miran desde alto!,
nos sorprenden, nos asombran
aunque rompan el encanto.


pelota
PELOTA
Tenía el pelota tal tino,
tal experiencia a la espalda,
que ocupaditas sus manos,
podía aplaudir con brío,
a fuer de batir sus nalgas.
Cuentan incluso que luego,
al estar sentado y sin sitio,
consiguió ovacionar el tío
haciendo sonar los huevos.